Estadística Pública

Edad, nivel de formación, sexo y paro

No sé si alguien podrá ayudarme con este gráfico que he hecho con Mondrian: Está construido a partir de los microdatos de la última EPA e indica el porcentaje de parados (resaltado en verde) dentro de las siguientes tres categorías: Tramos de edad (ordenados) Nivel de estudios (desde los que no han completado la primaria hasta los universitarios) Sexos Desafortunadamente, he perdido las etiquetas. ¿Podría alguno de mis lectores ayudarme a identificar a qué categoría pertenece cada barra?

Otra oxímoron: notarios y estadísticas

El otro día fui al notario. Una notaría es un sitio lleno de papelotes. Decía yo: “todos los legajos de ese estante caben en mi pendrive”. Y me hacían chistar por si mis palabras podían llegar a oídos susceptibles. Luego, por unos papeles (por triplicado y todos con grandes sellos y rúbricas) impresos a partir de plantillas de Word en cuyas casillas teclea un administrativo tus apellidos, te sacan 120 euros.

La desigualdad y cómo medirla

Últimamente he tenido bastantes visitas del extranjero. Las llevo a pasear por el centro de Madrid, ¡qué remedio! Y siempre surge el mismo comentario: habiendo crisis que nos cuentan los periódicos, ¿cómo es que están las terrazas a rebosar? Y mi respuesta es siempre la misma: lo que se ve no es la crisis; lo que se ve, en el fondo, es la desigualdad. Otros han escrito, y mucho mejor de lo que lo haría yo, sobre lo pernicioso de la desigualdad en la economía e incluso, sobre la misma democracia.

Definiciones estadísticas básicas (para los periodistas de "El economista")

Muy señores míos periodistas de El Economista: déjenme que les recuerde una definición estadística básica para que no vuelvan a meter la pata como en su reciente artículo ¿Está la mitad de los jóvenes en paro? La tasa real sería del 18%. Efectivamente, según la OECD, sólo el 18% de los españoles entre 15 y 24 años son desempleados. Un desempleado es una persona que no tiene trabajo y lo busca activamente.

Esperanzador no: varianzador

Que conste que soy un partidario de los adjetivos. Supongo que por sentimentalismo. Me caen simpáticos excepto cuando se abusa de ellos y se dice, por ejemplo, analítica en lugar de análisis o normativa en lugar de norma o los usan estadísticos en horario laboral. Y si trabajan en el INE, aún más: se les paga por estadísticos, no por guionistas de opereta. Viene esto al siguiente párrafo (con mi subrayado):

Desconfianza en la estadística pública Argentina

Pasé recientemente unas semanas en Argentina. Abundan las razones para que todos hiciesen eso alguna vez en la vida. Aproveché para descansar de muchas cosas. Y muy especialmente de ese leísmo rampante y agotador que viene últimamente caracterizando al español peninsular. Tuve ocasión de hablar de política. De la de acá y de la de allá. Me preguntaron por mi opinión por la K, es decir, el matrimonio Kirchner que controla la política nacional desde hace casi diez años.

Estoy muy de acuerdo con la CEOE...

… cuando dice que hay que ver qué pasa y analizar las estadísticas. En lo demás, no lo sé (ni lo pienso decir aquí). Pero traigo el asunto a colación porque hace un par de días hablé, un tanto exteporáneamente, sobre desempleo y subsidios. Y uno de mis lectores hizo un comentario del que extraigo No me gusta, no me gusta que se insinúe siempre que “España está llena de listos, que agotan el paro porque les sale mejor que trabajar”.

Día mundial de la estadística

Hoy día 20 de octubre celebramos el segundo día mundial de la estadística. También es el día mundial del chef, supongo que por casualidad. Ambas, la de estadístico y la de chef, son profesiones que es preferible que no se noten. Cuando cobran algo de relevancia, malo. Supongo que por eso es necesario dedicar un día a quienes las practican. El que un chef se equivoque puede ser enojoso: se sonroja el camarero, hay que devolver el plato a la cocina y muchos temen que le pase algo cochino por el camino.

Estrategia, predicción y proyección de la población española

Cayó el otro día en mis manos un artículo, Strategy under Uncertainty, que complementa bastante adecuadamente mi entrada del otro día sobre las proyecciones a corto plazo de la población española que realiza el INE. La estrategia concierne a sucesos futuros. Por ser futuros, son inciertos. Y el artículo describe cuatro niveles distintos de incertidumbre a los que contrapone una serie de posibles estrategias. Los niveles son: Un futuro suficientemente claro: las tendencias son muy claras y no se esperan sorpresas.

Las proyecciones de la población de España a corto plazo del INE no valen para un carajo

Las proyecciones de la población de España a corto plazo del INE no valen para un puto carajo. Tal vez sí para conseguir unos cuantos titulares en prensa como este, este o este otro. Pero no para lo que se supone que sirve. Además, por construcción. En el documento que explica qué son y para qué sirven dichas proyecciones se lee (con mi subrayado) La Proyección de Población de España a Corto Plazo elaborada por el INE constituye una simulación estadística del tamaño y estructura demográfica de la población que residiría en España […] en caso de mantenerse las tendencias y los comportamientos demográficos actualmente observados.

Diez pasos para construir indicadores compuestos

“[…] es difícil imaginar que el debate sobre el uso de indicadores agregados llegue algún día zanjarse […] los estadísticos desconfían de ellos puesto que gran parte del trabajo de recolección y análisis de datos se “desvirtúa” o “esconde” detrás de un único número de dudoso valor. Otros, por su parte, encuentran irresistiblemente tentadora la posibilidad de resumir procesos complejos y lábiles (por ejemplo, sostenibilidad, etc.) en una cifra con la que comparar el desempeño de los distintos países.

Y Kenia qué, ¿eh?

—Sí, ya sabemos que en EE.UU. e Inglaterra las cosas son distintas, pero nosotros semos mediterráneos y tenemos sol y aceite de oliva. —Además, uno siempre puede comprar la publicación España en cifras en las librerías Índice a un precio popular establecido anualmente en el BOE (o, incluso, ¡descargarla en PDF gratis!). —Ejque… Etc. Pero, y Kenia qué, ¿eh? ¿Nos vamos a dejar ganar por Kenia?

Datos públicos, datos DUP

Hoy en día, en España, salvo por unas cuantas honrosas excepciones no existen datos públicos, sólo datos manejados dentro de las administraciones públicas (y a los que los ciudadanos no tienen acceso). Los datos públicos deberían ser datos DUP: disponibles, ubicables y procesables. Existen d-iniciativas en España. Sería injusto no reconocer que administraciones y organismos públicos no han venido haciendo un esfuerzo (todo lo desigual e insuficiente que se quiera) por poner su información al alcance de la ciudadanía.