Estrategia, predicción y proyección de la población española

Cayó el otro día en mis manos un artículo, Strategy under Uncertainty, que complementa bastante adecuadamente mi entrada del otro día sobre las proyecciones a corto plazo de la población española que realiza el INE.

La estrategia concierne a sucesos futuros. Por ser futuros, son inciertos. Y el artículo describe cuatro niveles distintos de incertidumbre a los que contrapone una serie de posibles estrategias. Los niveles son:

  1. Un futuro suficientemente claro: las tendencias son muy claras y no se esperan sorpresas. En resumen, hay un único escenario posible y la estrategia adecuada consiste en adaptarse a él.
  2. Varios futuros alternativos: existe un número concreto de alternativas o escenarios, cada uno de las cuales con su propia probabilidad de ocurrir. Por ejemplo, los bares barajaron recientemente dos posibles alternativas: la futura ley podría prohibir fumar taxativamente (como ocurrió) o permitir tal vicio en áreas específicas y adaptadas. A cada suceso puede asignársele una probabilidad discreta, diría un matemático.
  3. Un rango de futuros: no existen escenarios discretos y concretos, pero sí un rango de opciones: la demanda puede ser cualquier cifra entre 0 y 1000, etc. Nuestro matemático entendería que este es un problema en el que rigen leyes de probabilidad continua.
  4. Absoluta incertidumbre: ocurre cuando es imposible plantear cualquier tipo de función de probabilidad. No obstante, aunque el artículo recoge algunos casos, subraya también que este tipo de situaciones son inestables y suelen degenerar con el tiempo en alguna de las situaciones anteriores.

Las tres estrategias fundamentales consisten en:

  1. Adaptarse a las circunstancias, receta especialmente indicada en los casos de falta de incertidumbre.
  2. Anticiparse a ellas para tratar de capturar las ventajas de los escenarios más favorables, que es posible únicamente cuando se posee la capacidad para influir efectivamente en el devenir de los hechos.
  3. Reservarse opciones en determinados escenarios posibles y favorables mientras se juega defensivamente en los adversos.

Una proyección de la población española plantea un rango de futuros. Existen muchas variables que pueden afectar al número final de habitantes que pueda haber en España en diez años. Además, muchas de ellas son perfectamente manipulables por los poderes públicos.

El estudio del INE —y especialmente de la forma fatalista en que fue recogido luego por los medios— parece situarnos en el nivel de incertidumbre equivocado. Y sugiere, al hilo de la discusión sobre las estragegias aplicables que no nos queda sino resignarnos a lo oscuro del pronóstico.

Por eso, ¡no!