Otra oxímoron: notarios y estadísticas

El otro día fui al notario. Una notaría es un sitio lleno de papelotes. Decía yo: “todos los legajos de ese estante caben en mi pendrive”. Y me hacían chistar por si mis palabras podían llegar a oídos susceptibles. Luego, por unos papeles (por triplicado y todos con grandes sellos y rúbricas) impresos a partir de plantillas de Word en cuyas casillas teclea un administrativo tus apellidos, te sacan 120 euros. ¡Son tan españolas las notarías!

Recientemente, con inusitado estruendo de medios, el siempre benigno sindicato notarial hizo público el llamado Centro de Información Estadística del Notariado. Con el que se cumplía, además, _una de las recientes recomendaciones del FMI a España.

Así que entré, navegué a estadísticas principales, de ahí a sociedades y, dentro de sus apartados, al de capital medio en constituciones de sociedad limitada. Porque al leer medio me temía lo peor. Pero me esperaba ahí lo pésimo, esto:

Lo siento: hui espantado de esas páginas y no me va a ser posible completar la crónica que tal vez esperaban mis lectores hoy. Tal vez haya alguno más intrépido que yo y más curado de aberraciones que quiera sumergirse en ese universo excelianoide y pueda avisarnos de si, pese a los pésimos augurios, las largas URLs del notariado esconden algo que merezca la pena conocer.