Economía

Causalidad y desigualdad

Ni imaginar podéis hasta dónde me tiene lo gratuitamente con que muchos dan por hecha una relación causal entre desigualdad (economómica) y cualquier miasma social. Yo creo que es que pocos leen cosas como estas (muy recomendable). Y sobre todo porque sale gratis mencionar el nombre de la sacrosantísima causalidad en vano. Con el peligro de que tal vez queramos invertir recursos en remediar el problema raíz y nos demos cuenta al conseguirlo de que, oh, no lo era realmente.

El día del oxímoron

Han aparecido dos artículos publicados en prensa hoy, en el mismo día: Indra deja desiertos 800 puestos en España por falta de mano de obra cualificada El sistema me ha expulsado por no publicar, que trata de cómo Cristina Gil-Lamaignere trabajó con un Nobel y ahora cursa un grado de FP porque no ha podido acreditar su labor científica. Tengo más comentarios que hacer que tiempo para escribirlos, así que dejo que cada cual saque su propia conclusión.

Hay algo podrido en la microeconomía normativa

Para el normativista (economista o no), lo importante no es como son las cosas sino cómo deberían ser. En Temporalidad: ¿buenas intenciones con malos resultados? viene a decirse que: La temporalidad laboral es intrínsecamente perversa. Que hay que desincentivarla de alguna manera (p.e., encareciendo los contratos temporales mediante penalizaciones fiscales) Normativismo at its best. Yo no sé cómo son las cosas. De hecho, siempre espero que gente como los autores del artículo me las expliquen, que describan antes identificar problemas y proponer soluciones.

Homo politicus < IQ < homo economicus

Lo del homo economicus ya no está de moda. Ahora pega más fuerte lo del homo politicus (y otros homos caracterizados por actuar como quien no completó el bachillerato con aprovechamiento). No obstante, parece no todos los homos son iguales: unos se parecen más al economicus; otros, al politicus. Y ahora parece que el coeficiente intelectual tendría algo que ver con eso. Nota: encuentro ridículas las críticas a la economía (particularmente, a la microeconomía) basadas en su acreditada incapacidad para predecir el comportamiento humano por su tendencia a alejarse del esperado en un homo economicus.

Un acto fallido: la pregunta sigue, pues, abierta

Jot Down es una publicación recomendable. Aunque frecuentemente peque de a lo que tienden las publicaciones de letras (en el sentido menos amable del término): que prime el escribir bonito sobre la sustancia, el argumento y su coherencia. El artículo que motiva este se anuncia como Especulación inmobiliaria, tradición centenaria y recoge tres episodios (¿anécdota? ¿categoría?) bien conocidos pero florida y amenamente descritos: El del duque de Lerma a principios del XVII.

¿Inmigración cualificada en España? Pues va a ser que no

Hace unos años, una empresa Suiza se puso en contacto conmigo, nos gustamos mutuamente y allá que me fui a teclear como empleado suyo. Pero supongamos que una empresa española se pone en contacto con un estadístico de Senegal, se gustan mutuamente y se lo quiere traer. ¿Puede? NO, NO, NO, no puede. No le dejan. Porque para que el estadístico senegalés pueda trabajar, por ejemplo, en Albacete, hace falta que la profesión de estadístico aparezca en el Catálogo de Ocupaciones de Difícil Cobertura de Albacete.

Sentido de la proporción

Es el segundo de los síntomas de naïveté económica discutidos aquí. Que, por supuesto, no se circunscribe a discusiones de naturaleza económica. Recomendadísimo.

¿Qué hay de malo en gorronear investigación básica?

El artículo Endogenous Technological Change de Paul Romer (nóbel de economia de este año) ofrece algunas pistas sobre la relación entre investigación (o I+D o como quiera llamarse) y desarrollo económico. En él se lee (con mi subrayado): Rivalry and excludability are closely linked because most rival goods are excludable. (A parking space in a shopping center parking lot is an example of a good that is effectively nonexcludable because the cost of enforcing excludability is too high relative to the value of the good.

Guasa tiene que habiendo tanto economista por ahí tenga yo que escribir esta cosa hoy

Tiene que ver mi entrada de hoy con Why did Big Data fail Clinton?, que trata de lo que el título indica: toda la tontería que se ha escrito de Cambridge Analytica. Enlazo todo lo demás, por otro lado, con el nóbel de economía de 2016 (Hart y otro). ¿Por qué? De acuerdo con lo que muchos han escrito, una empresa de siete friquis en el Reino Unido con acceso a los likes de 50000 donnadies y poco más tienen poder para quitar y poner reyes con unos cuantos clicks.

Liberalismo: los axiomas y sus corolarios

Una malhadada fisura en la rótula me ha tenido boca arriba más horas de las habituales durante el último mes. Por evitar el aburrimiento, no me ha quedado otra que interponer una tableta entre cara y techo de la que leer más o menos desordenadamente. Uno de los volúmenes que ha devorado mi sobrevenida afición por la lectura ha sido Liberalismo, de von Mises. [Llegado a este punto, me ha dado la sensación de tener que justificar por qué he leído ese y no otro libro.

Causalidad: malo lo uno, pero tampoco bueno lo otro

Leo en Las causalidades en Economía a Manuel Alejandro Hidalgo dignándose a dar réplica al panfletillo Curva de Laffer: Montoro bajó por fin el IRPF… y recaudó un 6% más. El último no cuenta apenas más que lo que anuncia en su titulo. El primero quiere enmendarle la plana, pero al hacerlo escribe frases tan chirriantes como: Insinuar que gracias a la bajada del IRPF por Cristóbal Montoro los ingresos por este tributo se incrementaron en un 6,5% exige, cuando menos, un Trabajo Fin de Máster y de los buenos.

Brechas salariales: así las calcularía yo

He visto N estimaciones de las brechas salariales (de género) con resultados de lo más variado. En algunos casos he podido estudiar los métodos utilizados y, la verdad, dan grima (cosas con tufo econométrico viejuno y demás). Y me refiero, particularmente, a aquellos métodos que analizan la pregunta interesante: ¿hay igualdad de salario a igualdad de méritos? Hay publicaciones que llaman brecha a otra cosa (masa salarial dividido por sujetos), que no merece ni ser comentada aquí.

Reflexiones bayesianas al hilo del manido: "Independientemente de su ideología, los economistas suelen estar de acuerdo en que..."

Podría hacerse un ránking de disciplinas académicas según el grado de acuerdo entre quienes las cultivan. Supongo que lo lideraríamos los matemáticos. Salvo los constructivistas y esos raritos que dan por malo el axioma de elección, no contamos con familias heterodoxas. En el otro extremo, aventuro, se ubicarían los que hacen crítica literaria y políticas. Pero, seguro, dentro de las ciencias humanas, los economistas quedarían en bastante buen lugar. Así que si aceptáis mis premisas (postmisas: vienen después), tendréis que conceder también que este fenómeno es corolario del teorema de von Mises: