Tecnología

Más sobre si la estadística es una ciencia

A veces nos encontramos con problemas como:

  • curar un orzuelo,
  • calcular el área por debajo de una curva,
  • medir la altura de la torre de una iglesia o
  • estimar la elasticidad del consumo de un producto con respecto a su precio

y utilizamos técnicas como

  • preparar un ungüento de acuerdo con las instrucciones de una vecina octogenaria;
  • pintar la curva sobre un cartón, recortarlo y pesarlo;
  • preguntarle al párroco u
  • obtener datos de precios, consumos y hacer algún tipo de regresión.

Algunas de esas técnicas son tecnologías; otras, no. Todas las tecnologías son técnicas, pero no a la inversa. Una tecnología es una técnica basada en la ciencia.

¡Terror! ¡Las máquinas nos van a quitar los trabajos! ¡Oh, oh, oh! ¡Uh, uh, uh!

Habréis leído por ahí relatos apocalípticoides sobre un futuro gris en el que las máquinas nos dejarán sin trabajo. Clic. Otra gente memos agorera opina que, más que trabajos, la máquinas eliminarán tareas (i.e., partes aburridas de los trabajos).

No voy a hablar de unas señoras, muy funcionarias ellas, clic, que conforman el Registro (con mayúscula) de cierta institución pública en la que tuve que depositar una factura impresa, firmada a mano y por duplicado recientemente. Y cuyo trabajo consiste en sellar la factura, meterla factura en la carpeta correspondiente, clic, y esperar a que un bedel la lleve al despacho donde seguirá el trámite. Hoy no.

La estadística (y la ingenería, y la medicina, y...) es una tecnología

Abundo aquí en un punto polémico de mi charla de Pamplona: el que define la estadística como una tecnología (bajo una definición bastante particular de ella).

Pero es conveniente comenzar por el concepto de técnica. Que el DRAE define horripilantemente:

Conjunto de procedimientos y recursos de que se sirve una ciencia o un arte.

Y no, no, no… No solo las ciencias o las artes se sirven de técnicas para alcanzar sus fines. También los homeópatas, los curanderos, los chamanes, los echadores de cartas, etc. se sirven de técnicas sin que su actividad pueda calificarse de ciencia (¿o es que se trata de artes?).