El impacto de la contaminación de los diésel: dos perspectivas sobre el "Volkswagen affaire"

Creo que todo el mundo sabe a qué me refiero con lo del affaire Volkswagen: en 2015 se supo que algunos modelos de ese fabricante contaban con dispositivos que cambiaban el régimen del motor precisamente cuando se realizaban pruebas y medidas de emisiones —la ITV, para entendernos— y las restablecían a sus valores originales al terminarse estas.

Se trata de dispositivo ingenioso. En el fondo, es un sistema que es capaz de distinguir el régimen de funcionamiento normal del vehículo en la calle y el anormal que se produce cuando, parece ser, circula sobre los rodillos con los que se realizan las pruebas en los talleres habilitados. Cuando detecta el rodillo, modifica los parámetros de funcionamiento del motor para optimizar las emisiones; cuando no, utiliza un régimen distinto que prima el rendimiento. En uno de los enlaces que mostraré a continuación se ofrecen más detalles sobre estas pruebas.

Hoy solo quiero yuxtaponer —porque lo interesante es el contraste— dos referencias sobre el asunto que no pueden ser simultáneamente ciertas. Y para satisfacción, por supuesto, de los escépticos que estamos de vuelta de las buenas intenciones.

I. El modelo ecológico

En 2017 se publicó Public health impacts of excess NOx emissions from Volkswagen diesel passenger vehicles in Germany que nos cuenta lo malo, malísimo que es Volkswagen. Utilizando fuentes de información muy precisas para estimar la exposición y reglas de tres necesariamente ciertas para transformar incrementos en los niveles de contaminación en defunciones, llegan a la conclusión de que el affaire Volkswagen causó 1200 muertes prematuras, hizo perder 13k años de vida y tuvo un impacto (de nuevo, vía regla de tres) de casi dos millardos de euros en la UE y algunos países aledaños.

II. Los microfundamentos

En How bad is Diesel, la autora, Sabine Hossenfelder, ofrece una visión más pedestre y microfundamentada de lo ocurrido. Invito a todos a echarle un vistazo, pero para ahorrar algo de tiempo a los más ocupados, trataré de resumirlo aquí. Cuenta cómo tenía un coche viejo con el que fue al taller a realizar la ITV (alemana). Antes del test de emisiones, un mecánico levantó el capó y manipuló los parámetros —mecánicos— de funcionamiento del motor. Al terminar el test de emisiones, volvió a dejarlos en su estado original. Aparentemente, sin esa ñapa, no se habría pasado el test. Y lo de Volkswagen fue, simplemente, una manera de realizar más eficiente esa ñapa.

III. El contrafactual

El modelo ecológico contrasta la realidad —con sus problemas y sus ruidos— tirando de relaciones platónicas con un contrafactual. Que exige la pregunta: ¿cuál es?, ¿es acaso ese en el que los test de emisiones se trampean a mano y no automáticamente?