Causalidad. Atribución. Madrid Central.

Si hay algo inaprensible, es la causalidad. No la que entiende Maripili, claro, sino esta. Pero vivimos en tiempos de tremendamente polémicas y presuntamente potentísimas y causas eficientes. Verbigracia, la desigualdad… y Madrid Central:

Argumentas en términos causales cuando esperas que te lea Maripili. Entre gente seria solemos hablar más bien de atribución. Lo de la atribución consiste en tratar de repartir un efecto entre posibles causas potenciales. Como típicamente no hay criterio definitivo, en la práctica funciona así:

  1. Uno se entera de quién paga las facturas.
  2. Uno averigua qué quiere que salga.
  3. Uno retuerce el hilo de la metodología hasta que sale lo que ha averiguado que quiere que salga el que paga las facturas.
  4. Uno cobra las facturas.

La atribución es, sí, la prima pobre de la causalidad. A lo más que uno puede aspirar es a que los resultados sean mínimamente compatibles con cierto modelo más o menos creíble. El mayor enemigo de la atribución es la perplejidad, la que causan observaciones excéntricas.

Pero singularísimamente excéntricos son los resultados que han hecho su ronda por la prensa pro (como este, este o este) que dan crédito a un estudio publicado por una asociación de ecologistas, esa gente tan ecuánime en lo cuantitativo. Escribe(por ejemplo, y refiriéndose al NO2):

Resultan destacables los datos correspondientes a Plaza del Carmen, la única estación de la red ubicada dentro del perímetro de Madrid Central. En mayo de 2019 el valor alcanzado en Plaza del Carmen, 23 µg/m³, fue 18 µg/m³ inferior (reducción del 44 %) al registrado en 2018, y 8 µg/m³ inferior (reducción del 26 %) al registro correspondiente a los años con menor contaminación, 2013 y 2014.

Y uno piensa: ni harto de vino. Simplemente, no hay intervención que mejore nunca nada el 44%. La Plaza del Carmen es un parque rodeado de calles peatonales por donde apenas pasan coches. Está a 150 metros de Gran Vía, por donde el tráfico tampoco ha descendido tanto (según el ayuntamiento, otra fuente de parte, ha descendido un 24% el tráfico privado; ¿y el no privado?).

Aunque podría ser, claro. Pero hay más motivos para la perplejidad, más información que no encaja con el modelo que uno tiene de las cosas:

Hay bajadas increíbles de la concentración de NO2 en lugares que no tienen nada que ver con Madrid Central, donde no se ha observado un descenso manifiesto del tráfico y cuando, incluso, las condiciones meteorológicas son poco propicias para la calidad del aire:

Es decir, continúa la tendencia de escasas precipitaciones que se ha registrado todos los meses del año 2019, con excepción del mes de abril, unas condiciones meteorológicas imperantes que en general son adversas para la calidad del aire, ya que no favorecen la dispersión de los contaminantes emitidos en el medio ambiente urbano.

En fin, que es todo medio raro. Si lo publicado fuese un informe que tuviese yo que firmar con mi nombre y apellidos, haría repasar bien las fórmulas de Excel y la manera en se calculan esos valores medios mensuales y me guardaría de hacer juicios causales.

Notas:

  • Mi posición personal sobre Madrid Central: no me gusta; preferiría cobrar 15 euros a quienquiera que desee acceder al interior de la M30 y, con los fondos recaudados, crear un dividendo a repartir entre todos los empadronados dentro.
  • Podría estar equivocado en ese modelo mental mío que, enfrentado con estos datos, me deja tan perplejo. Igual es que sobrepondero la variable tráfico rodado y resulta que la contaminación depende de otra cosa. ¿Cómo si no compatibilizar los datos de la plaza del Carmen con la de Castilla?
  • Mi modelo mental tiene esto como priori. Leedlo con detalle. Con sumo detalle. Porque es mucho más relevante al asunto en cuestión de lo ya bastante que parece en una lectura en diagonal.