Hay (micro)vida más allá de la (micro)muerte

Hablamos ya hace un tiempo de las micromuertes. Ahora toca traer a la atención de mis lectores un concepto asociado, el de las microvidas.

Una microvida corresponde a una esperanza de vida de media hora. Malgasta una microvida quien fuma dos cigarros, bebe siete unidades de alcohol (equivalentes a  un litro de cerveza) o vive un día con un sobrepeso de 5 kg.

Microvidas y micromuertes son conceptos análogos, pero no enteramente equivalentes. Ambos nos ayudan a cuantificar pequeños riesgos. Sin embargo, el efecto de las microvidas es acumulativo mientras que el de las micromuertes no: quien haya terminado vivo su sesión de parapente, habrá puesto a cero su contador de micromuertes, pero no así quien haya fumado su segundo cigarro.

En el artículo original de Spiegelhalter aparece también un cálculo aproximado del valor de una microvida y una micromuerte:

El UK National Institute for Health and Clinical Excellence (NICE) sugiere que el National Health Service pague hasta 30.000 libras por un tratamiento que alargue la vida en un año, es decir, unas 17.500 microvidas. Esto equivale a valorarlas en unos £1.70. El UK Department of Transport valora una vida estadística en 1.600.000 libras. Esto significa que están dispuestos a pagar 1,60 libras para evitar una probabilidad de muerte de una en un millón, es decir, una micromuerte.

¿Serán similares las cifras en España? ¿Alguna idea sobre cómo averiguarlo?