Un gráfico para quitarse el sombrero

No existe un curso de idiomas que lleve por título algo así como Aprenda a decir la verdad, toda la verdad y solo la verdad en búlgaro y donde te enseñen a construir frases justas, necesarias y adheridas a la evidencia científica y nunca lo contrario. Uno aprende búlgaro y lo usa para aquello que más le convenga. Los niños, al comenzar a hablar, usan el lenguaje tanto para decir verdades como mentiras; frecuentemente, además, para manipular todavía más eficazmente a los demás. Y nadie se escandaliza.

Sin embargo, los cursos, los manuales, etc. de creación de gráficos suelen estar plagados de moralina barata: cómo evitar sesgos; cómo representar lo más fielmente posible la información subyacente; cómo, en definitiva, decir la verdad con ellos. Están llenos de advertencias del tipo: no hagas X porque quien lea el gráfico pensará Y mientras que la interpretación recta de la cosa es Z. Es como si en el curso de búlgaro te reprochasen haber aprendido a decir que no puedes ir a trabajar porque tienes fiebre cuando lo que pasa realmente es que quieres tomarte un día libre.

Se olvidan de que la representación gráfica (de datos) no es otra cosa que una técnica de comunicación más y que esta puede usarse para cualquier fin. Por eso me quito el sombrero frente a este gráfico (de TVE publicado, parece ser, a finales de enero):

No puede hacérsele ninguna objeción gruesa. Si acaso, de ponernos muy, muy estrictos, que no muestra el PIB —que es lo que anuncia— sino su variación interanual. Pecado venial en tanto que el uso de porcentajes no deja lugar a dudas y que al hablar del PIB uno suele referirse casi siempre tasas de variación interanuales (más ténicamente: el PIB está casi universalmente operativizado a través de las variaciones interanuales).

Pero, a pesar de que cada mimbre pasa el filtro, su conjunto está orquestados de tal forma en el cesto [gráfico] final consigue transmitir muy eficazmente un mensaje torcido —y dirán algunos que sospechosamente afín a los intereses políticos de los gerifaltes de TVE—. Verbigracia,

¡Delicioso!