Así de floja está la evidencia científica (sobre el impacto de Airbnb en el mercado inmobiliario)

Un reciente artículo de El País tiene un título que lo dice todo: Los informes que refutan a la CNMC: Airbnb sí infla el precio de la vivienda en EE UU. Dice en la entradilla:

Tres estudios universitarios muestran que las plataformas de alquiler turístico han encarecido el mercado del alquiler en ciudades como Los Ángeles y Boston.

Así que he buscado uno de los tres, How Airbnb Short-Term Rentals Exacerbate Los Angeles’s Affordable Housing Crisis: Analysis and Policy Recommendations y me dispongo a comentarlo en vivo, página a página.

Página 1

Nos enteramos de que el autor era cuando se escribió el artículo un estudiante de doctorado (¡espero que se haya graduado ya con éxito!) y nos anuncia que su intención es la de:

Employing legal, statistical, and secondary source analysis, this article explores how STRs affect the price and aggregate supply of affordable housing rentals in Los Angeles, and how municipal policymakers can best regulate Airbnb.

¡A ver qué tal!

Página 2

Esencialmente nos dice que Airbnb distorsiona el mercado inmobiliario, cosa que traíamos sabida de casa: que hay gente que en lugar de alquilar las viviendas las anuncia en la plataforma porque le sale más a cuenta y que eso afecta a la oferta de viviendas. Muy bien.

Página 3

Que en Los Ángeles los alquileres son muy caros, que hay pobres que lo pasan mal para llegar a fin de mes y que, encima, en 2010 y sucesivos hubo una crisis hipotecaria y tal. Que tampoco existen mecanismos de control de precios en alquileres. Página 3, check.

Página 4

Arriba, nos dice que hay poco dinero para construir viviendas de protección oficial. O menos que antes, al menos. Abajo nos cuenta la historia de Airbnb y cómo funciona.

Página 5

Sigue contándonos cómo funciona Airbnb. Y comienzan los números: en 2014, había 11k apartamentos en Airbnb (según cifras de una ONG) y 97k habitaciones de hotel. 135k turistas (de los 45 millones que se ve que recibe Los Ángeles) usaron Airbnb. Guau, ¡menos del 1%!

Luego cita un estudio de Airbnb que dice que Airbnb es guay y lo contrapone a lo que otras gentes dicen que se dice al respecto (que es caca) citando un artículo del periódico.

Página 6

¡Hey!, cita Madrid en la primera línea. ¡Chachi!

Añade que algunos apartamentos los gestionan empresas y no particulares (cosa que también sabíamos).

Y comienza un capítulo más interesante, que arranca citando a un economista de Airbnb según el cual los alquileres han subido (¿solo?) seis dólares al mes por culpa de Airbnb. Pero la página termina con un ejercicio de mala literatura.

Página 7

Se pone a echar cuentas y nos dice que:

Airbnb listings are concentrated in just seven of the city’s densest, most expensive neighborhoods: Venice, Downtown, Miracle Mile, Hollywood, Hollywood Hills, Echo Park, and Silver Lake.36 These tourist destinations account for nearly half of Airbnb listings, and 69% of all Airbnb-generated revenue in Los Angeles. In 2014, rents in these neighborhoods were 20% higher, and increased 33% faster, than rents citywide.

Y cita como fuente una entrada del blog de un portal inmobiliario que habla de otra cosa (y donde no aparecen esos números).

Página 8

El autor abre Excel. Resulta que esos siete barrios superafectados por Airbnb suman 250k habitantes (en una ciudad de 4 millones). ¡Poco más del 5%! Luego resulta que el número de apartamentos turísticos de cada barrio se los inventa. Vamos, dice que suman 3k, pero antes nos ha dicho que había 11k en toda la ciudad y que el 69% estaban en esos barrios. ¡No casan las putas cifras, señor doctorando, aunque lo sea en derecho!

Página 9

En el primer párrafo nos dice que el 12.5% de los apartamentos de Venice están en Airbnb, aunque en la página anterior nos había dicho que eran 900 de 12k. ¡Arggggggg!

El segundo párrafo es revelador: nos cuenta que no se pueden construir más viviendas porque, además de una inversión de 300k por apartamento, hacen falta tres años de tramitación permisos y los que corresponda para la construcción propiamente dicha. ¡Igual ahí está realmente la madre del cordero!

¡En el último párrafo hay más números! Dice:

Even under a simple economic model holding the demand for rental housing constant against a relatively flat supply curve that has a price-elasticity coefficient of 0.200, each 1% decrease in supply would lead to a 0.2% rent increase. Under this model, the rent on a $2,680 one-bedroom apartment in Venice would increase by an additional sixty-seven dollars per month from the reduction in local supply alone.

Por supuesto, el cálculo de las elasticidades no es suyo. Es de un artículo de 2004 que hablaba, obviamente, de otra cosa. Y bueno, un incremento del precio del 2.4% en el barrio más afectado por Airbnb es… prácticamente imposible de medir.

Página 10

En el primer párrafo reconoce que el incremento de precios es pequeño, pero utilizando arguentos puramente discursivos al final del segundo párrafo ya los ha convertido en much greater y significant. Bla, bla, bla… y te vende la moto.

El resto de la página habla ya de otra cosa y da a entender que le parece mal que una señora gane dinero.

Página 11

Sigue quejándose del ánimo de lucro de la señora y de otros que tratan de imitarla.

Luego habla de cómo Airbnb puede afectar todavía más a las viviendas baratas. Entre otras cosas, porque

investors can relieve landlords from the administrative burdens of administering rent-controlled or voucher-subsidized housing,

¿Sabéis que tengo un conocido en una clínica de rehabilitación porque era adicto a todo tipo de administrative burdens? (Es broma, por si acaso.)

Página 12

Más blablablá sobre affordable housing y pasa a hablar de gentrificación y asuntos de entropía económica y racial. Dice que Airbnb expulsa a ricos (que no pueden pagar 67 dólares más al mes de alquiler, parece) de sus barrios, que se van a otros donde había gente menos rica que ella y suben allí los precios, etc.

Página 13

Casi en blanco para dejar espacio a la tabla de la página siguiente.

Página 14

Una lista de barrios baratos que están cerca de barrios ricos y especulaciones de lo que pasaría si se nivelan (hacia el valor más alto) los alquileres a ambos lados de sus límites. Gentrificación y tal.

Página 15

Que debería haber más mezcla socieconómica y racial y que por culpa de Airbnb igual habrá menos. Todo discursivo, puro blablablá.

Página 16

Algo sobre afroamericanos que alquilan en Airbnb, usa la palabra racial varias veces y pone un porcentaje no está claro si viene al caso o no para dar a entender que lo que dice es todo verdad.

En la segunda parte comienza a contar qué normas impondría él si fuese el alcalde omnipotente del sitio.

Página 17

Sigue desarrolando su BOE fantasía. En la segunda parte evalúa nosequé normas actuales. Y es la risa: que un impuesto del 14% sobre Airbnb recaudaría 5 millones (añadiendo que although this static projection does not take into account expected increases or tax-induced decreases in Airbnb activity para que todos tomemos nota que no se durmió en ECON101).

En el resto de la página hace una serie de cuentas para ver si cinco millones es mucho dinero o poco dinero.

Página 18

Sigue echando cuentas y llega a la conclusión de que cinco es poco, insuficiente para resolver el problema del hambre en el mundo. Así que le acaba pareciendo mal (o insuficiente) la tasa.

Lo que no dice es que si el 14% son 5 millones, el 100% no es mucho más, es decir, casi nada. Y que, por tanto, sus cifras no se tienen de pie. Si al principio contaba 11k apartamentos en Airbnb, haciendo solo reglas de tres, resultaría que cada uno de ellos facturaría unos 3000 dólares al año. Al pobre autor se le escapa, como poco, un orden de magnitud completo.

Página 19

Ahora le parece bien el impuesto, solo que el autor usaría los ingresos para aumentar la entropía socioeconorracial.

En el resto de la página y las dos siguientes sigue hablando de estas cuestiones y no vuelve a tocar lo de los precios, que es lo que nos interesaba originalmente (y, la verdad, me aburro de teclear).

Nota final

En nadaesgratis.es se refieren a este estudio que destripo como algo más sofisticado (enlace). Es un indicio de cómo está el cotarro.