O algo así. Aunque alguno puede pensar que no es en su perjuicio sino en su beneficio. A saber.
Solo que con collusion
(un plugin para el navegador) uno puede construir gráficos tales como
que significa lo que su leyenda dice y que aquí traduzco brevemente. Uno instala en plugin y comienza a navegar por internet. Al hacerlo, collusion
detecta esos sitios con los que las páginas que uno visita comparte información a través de galletitas y similares. Algunos de esos sitios pueden ser inofensivos (al parecer, Renfe se ha enterado de que he entrado a marca.es) y otros, los marcados en rojo, pertecen a redes de anunciantes. Más propiamente, a redes de seguimiento de navegantes, que tratan de inferir su perfil para… proporcionarles anuncios a medida, supongo. Estos sitios no solo saben que uno ha aterrizado en una página determinada, sino que pueden seguirlo a través del resto de los sitios que comparten información con él. Por eso en la red que genera collusion
aparecen nodos de centralidad elevada (¡hubs!) que corresponden a sitios que colocan sus galletitas por doquier (y previo pago).
La red anterior, en cierto sentido, es la dual de la que aparece aquí. En esta segunda aparecen resaltados los principales sitios de seguimiento de navegantes con los que enlazan algunas páginas populares (en el RU).
Admito que he resumido todo esto fatalmente, mucho peor que aquí, un artículo que recomiendo.
La teoría dice que si uno comienza a navegar por tiendas buscando, p.e., zapatos y luego acude a otro tipo de páginas, en estas uno debería comenzar a encontrar anuncios de zapatos. Todo gracias a esa información que fluye de galletita en galletita. Aunque al tratar de comprobar esta teoría con algún experimento —seguro que mal diseñado— estoy más cerca de darla por mala que por buena. Tal vez porque esas empresas ya saben demasiado de mí.
Sea como fuere, funcione mejor o peor, y dejando de lado los aspectos maquiavélicos de ese mercado, ¿no os parece interesante la posibilidad de realizar análisis de datos de ese volumen y con esa latencia? Sinceramente me pregunto cómo lo harán.
Supongo que una buena manera de cancelar el tracking sería una aplicación que abriese páginas al azar; o que dejase pistas falsas (cada vez que miro zapatos, la aplicación mire cinturones, creando así una correlación falsa). Como las contramedidas de los submarinos.
No hay cosa que fastidie más a un analista que el ruido 🙂
Justo eso le dije yo al tipo que me mostró esa aplicación. Ya no podemos evitar que nuestra información ande de mano en mano. Quienes se aferran a la privacidad a la vieja usanza están condenados a la Olivetti. El señuelo, como indicas, es la única esperanza de la privacidad.
La verdad es que si uno se empeña en poner ruido a sus navegaciones, yo creo que puede hacerles realmente la vida imposible a los analistas.
Otro tema es si tienen información de lo que compras con tarjetas de crédito o lo que escribes en Facebook. Esa ya es más fiable y no puedes ir poniendo mensajes aleatorios en muros de otras personas ni comprando aleatoriamente, simplemente para despistar.
Pero en cuanto a navegación se refiere…
Para evitar el tracking, a mí me funciona bastante bien DoNotTrackMe. De hecho, me he descargado Collusion y no me genera ninguna red, porque ya tengo bloqueados los trackers de los sitios que suelo visitar. Si es un sitio nuevo, bloqueo los nuevos trackers si los hubiere y recargo la página. A DoNotTrackme le añado AdBlock. Claro que nunca puedo estar seguro al 100%, pero sí noto una gran diferencia entre navegar en mi ordenador habitual a cuando lo hago en el portátil, cuya RAM no me permite tener apenas complementos en el navegador. En última instancia, sin llegar al extremo de bloquear JavaScript y cookies, también se puede usar Tor, que al usar proxies, te permite, por ejemplo, incluso saltarte el límite de artículos mensuales que algunos medios te dejan leer gratis. Es lo que tiene poner puertas al campo.