Cuando mezclas agua y tierra obtienes barro, una sustancia que comparte propiedades de sus ingredientes. Eso lo tenía muy claro de pequeño. Lo que en esa época me sorprendió mucho es que el agua fuese una mezcla de oxígeno e hidrógeno: ¡era muy distinta de sus componentes!
Porque no era una mezcla, obviamente. Era una combinación. En una combinación emergen propiedades inesperadas. Las mezclas, sin embargo, son más previsibles.
Pensaba en esto mientras escribía sobre la regularización de modelos (ridge, lasso y todas esas cosas). La regularización puede interpretarse como una mezcla de dos modelos: el original y el nulo (con todos los coeficientes iguales a cero). El modelo original tiene poco sesgo y mucha varianza; el nulo, prácticamente nada de varianza y muchísimo sesgo. El regularizado queda a medio camino. El original tiene varios, tal vez muchos, grados de libertad mientras que el nulo, ninguno (¿o uno?); puede considerarse que el número de grados de libertad del regularizado queda a medio camino.