Más sobre variaciones insignificantes en estadísticas públicas

Hemos talado cantidad de montes y destruido el ecosistema de miles de ardillas para fabricar el papel sobre el que discutir asuntos totalmente irrelevantes. Hablé un poco de eso hace unos días y más en ocasiones anteriores, como esta y alguna más que me da pereza ubicar.

Ahora leo en Significance cómo protesta Mark Fransham:

La BBC informó la semana pasada que “el número de desempleados descendió en 50.000 hasta los 2,53 millones en el trimestre anterior”. Me pareció un cambio pequeño en una estimación procedente de una encuesta. Así que, preguntándome por la significancia estadística, consulté la página de la Oficina Nacional de Estadística, (ONS). Que, de hecho, decía: “hay 2,53 millones de desempleados, 50.000 menos desde marzo a mayo de 2012 y desde la año anterior”.

El titular no aportaba información sobre el error muestral asociado, pero en una de las tablas del informe encontré cómo el cambio trimestral era de -50,000 +/-89,000. Eso, en mi opinión, es un cambio estadísticamente insignificante del que no podemos inferir si podemos estar seguro de si el desempleo subió, bajó o se mantuvo en los mismos niveles. Sin embargo, esa no es lo que anunció la ONS; y tampoco se plantearon matizaciones en el debate parlamentario, donde tanto el gobierno como la oposición citaron el descenso de 50.000 desempleados con certeza absoluta.

El debate, como siempre, es el siguiente: ¿es el desempleo (o cualquier otra magnitud análoga) una realidad que se trata de medir (o estimar) a través de este tipo de encuestas? ¿O reemplaza, más bien, el resultado de esas encuestas a la realidad física de esa magnitud (relegada así a las disquisiciones un tanto metafísicas de individuos como yo)? Como se prefiera. Pero por el bien de nuestros bosques y de nuestras ardillas, preferiría que los resultados de encuestas de esta naturaleza se tomasen cum grano salis.