Historia

La dieta de hambre en días alternos en la alimentación de los viejos

Traigo a colación de mis lectores un artículo del año 1956, La dieta de hambre en días alternos en la alimentación de los viejos (que se puede bajar de aquí) cuya lectura recomiendo encarecidamente. Subrayo en él varias cosas. La primera es la sorpresa que produce desde el interior de esta burbuja de amaneramiento en que vivimos sumergidos en 2018 que alguien se hubiese atrevido a llamar viejos a los viejos en público y por escrito en algún tiempo y lugar.

La viejunísima escuela

Leí esto. Me asaltó la pregunta obvia, la manifiesta, la fundamental, la sine qua non. Si queréis, echadle un vistazo y podréis descubrirla por vosotros mismos. Y para evitar el spoiler de un golpe de vista involutario al párrafo siguiente, intercalo la foto de un lindo gatito. Pues sí, el señor Escohotado afirma que: En el año dos mil tres un profesor de Harvard, McCormick, un medievalista, digitalizó, escaneó todos los documentos medievales del siglo VI al siglo XIII, los pasó por un programa adecuado y les preguntó cosas tan sencillas como ¿cuántas veces aparece la palabra “negotiator”?

Probabilismo, probabilorismo y todas esas cosas

La teoría moderna de la decisión, con sus escenarios, recompensas, escenarios, probabilidades y consideraciones de orden sicológico, es cosa del siglo pasado. El principio de máxima verosimilidad también. Si se me apura, incluso, la teoría de la probabilidad propiamente construida. Esos desarrollos opacan las discusiones previas, tal vez pueriles, al respecto. Pero húbolas. No sé cómo, he tropezado con algunas. Como las que se discuten en los enlaces, este, este y este, que comparto.

No, la trigonometría babilónica no era "novedosa"

Supongo que en agosto todo vale en prensa. Así Solucionado un enigma matemático de 3.700 años y otros del mismo tenor en medios españoles y extranjeros (de algunos de los cuales se espera más). En el que cito dan pábulo a citas como: Nuestro estudio desvela que Plimpton 322 describe las formas de triángulos rectángulos usando una novedosa forma de trigonometría que se basa en la razón entre los números [que expresan las longitudes de los lados], sin usar ángulos ni círculos.

¿Cómo fue R antes de R?

R
La década le ha dejado nuevas sintaxis a R. Algunos, precarcas, fruncimos el entrecejo. Esta entrada nos administrará un poco de medicina histórica. R es una reimplementación (libre, para más señas) de S. La sintaxis actual de S (que es la del R de toda la vida) es del año 88. Antes, durante los 80, era otra. Pero es difícil dar con ella en internet. Pero no imposible. El libro S: An Interactive Environment for Data Analysis and Graphics, de Chambers y Becker, ha sido escaneado por Google y, aunque no completo, nos permite echar un vistazo a algunas páginas, las suficientes para no hacer carraspear desaprobatoriamente al copyright.

Así se inventó el nudo gordiano del "hombre medio"

Lo cuenta muy bien Todd Rose en How the Idea of a ‘Normal’ Person Got Invented. Hay tres grandes eras en la estadística moderna: La queteliana, resumida en la imagen del hombre medio: existe un prototipo sobre el que, tal vez, se consideran variaciones. Es decimonónica, pero colea. La kamediana, que es una versión pizza partida en ocho de la anterior. Es de mitad del siglo pasado y perdura en paleomentes.

Las tres (o cuatro) eras de la estadística

Las cosas, frecuentemente, son como son y no de otra manera, especulativamente, mejor por razones históricas. Es lo que hay. La respuesta a muchas preguntas es “porque A llegó antes que B”. La estadística (y particularmente, la que se enseña) es como es y no de otra manera, especulativamente, mejor, también por razones históricas. Por eso siempre pierdo algo de tiempo hablando (¡es uno de mis personajes favoritos del XIX!) de Quetelet y los suyos; luego, de Fisher y compañía; finalmente, de Efron y los demás.

¿Cómo se escribía "verosimilitud" en francés en 1774?

Lo cuento luego, después del (por mí traducido) contexto: La incertidumbre del conocimiento humano puede serla sobre los sucesos o de las causas de los sucesos; si se nos asegura, por ejemplo, que una urna encierra bolas blancas y negras en una proporción dada y se pregunta por el color de una bola extraída al azar, el suceso es incierto, pero la causa de la que depende la probabilidad de su existencia, es decir, la proporción de bolas blancas y negras, es conocida.

La combinación de observaciones y el método de mínimos cuadrados: una revisión histórica

Sabemos y se sabe desde hace mucho que un sistema lineal de n ecuaciones con m incógnitas, cuando n > m (y especialmente cuando n » m), muy probablemente no tenga solución. No obstante, sistemas así ocurren naturalmente: ahí está el modelo lineal. En tiempos, al cálculo de los mejores coeficientes para ajustar un conjunto de datos, cuando el número de observaciones excedía el de coeficientes se lo llamó combinación de observaciones.

Dos citas de 1983 sobre estadística y métodos computacionales

Rescato aquí para mis lectores dos citas de un artículo de 1983, Computer Intensive Methods in Statistics, de Efron y Diaconis, por dos motivos: su valor intrínseco y que consideren leer el resto, particularmente el principio y el final. La primera es (con mi traducción): […] el ordenador está cambiando la teoría de la estadística. Arriba hemos examinado nuevas teorías que han surgido a causa del ordenador. Otro cambio evidente es de los conjuntos de datos enormes que están disponibles a causa de la memoria de los ordenadores.

Tan actual 25 años después

Dentro de unos días os copiaré aquí unas líneas de un artículo del 83 que bien pudiera haber sido escrito el mes pasado. Pero hoy no voy a ir tan lejos. Me quedo con uno del 89 que recomiendo que hojeéis: Clinical vs Actuarial Judgement. No, no vais a aprender en él nada que no sepáis. Os podrá parecer viejuno el uso de clínico o actuarial para denotar conceptos que ahora conocemos por otros nombres.

Abenjaldún, el precursor

El otro día, en una reunión madrileña de escépticos, me pusieron sobre la pista de un tal Abenjaldún . Lo presentaron, poco más o menos, como el primer historiador moderno. Nótese que era tunecino de ascendencia sevillana, musulmán y vivió en el siglo XIV. Los economistas también lo consideran como de su gremio. Hojeando su opera magna, Introducción a la historia universal, he encontrado dos párrafos muy aprovechables. Hablando de la astrología, dice que (con mi subrayado):