IPC de noviembre: al menos, una buena noticia

Se ha hablado mucho del dato del IPC de noviembre. En parte porque, se ve, es el usado para calcular la revalorización de las pensiones. Al parecer, el dato ha sido algo anómalo. Y tanto que ha conseguido algo inusitado: poner de acuerdo a la prensa de izquierdas con la de derechas. Dizque el gobierno ha orquestado una transferencia de renta de quienes reciben pensiones hacia quienes las financiamos (algo que, por otra parte, a nadie he visto subrayar: ¡como si el gobierno pagase las pensiones de su bolsillo!).

En Nada es Gratis analizan el fenómeno con algo más de profundidad. (Y publican, de paso, unos gráficos que los buenos de Libertad Digital, a los que tantas veces he leído defender a ultranza del derecho a la propiedad, hacen suyos sin referencia alguna). Dicen que, según el INE, la caída es consecuencia, principalmente, de la bajada de los precios de los carburantes y lubricantes.

¿Será cierto? ¿En qué medida?

Según las ponderaciones del IPC Nacional de subclases para el 2012, carburantes y lubricantes tiene un peso del 6,4461 % en el índice. Es decir, el precio de carburantes y lubricantes tiene que caer el 1,55% para que el IPC baje una décima. Según el INE, el índice de precios de esta subclase ha sufrido un descenso del 4,6%, lo que explicaría tres de las seis décimas del descenso del índice (del 3.5 al 2.9). Otras subclases han bajado más (hoteles, el 6.4%, por ejemplo, pero tienen un peso unas diez veces menor en el índice).

De este país me creo ya casi cualquier cosa. Incluso que el gobierno es capaz de llamar a Repsol, Cepsa y BP y regatear con ellos tres décimillas de IPC a cambio de vaya Vd. a saber qué cosa.

En cualquier caso la buena noticia, aquella de la que congratularnos, es que el número que tal vez marcara el ministro fue el de las antedichas empresas y no el del mismo INE.