Sin sexo por decisión judicial

Pues sí, nos quedamos sin sexo. Por culpa de unos jueces y una interpretación tan recta como corta de miras de nosequé leyes europeas.

La cosa viene de atrás: a la hora de categorizar clientes, usuarios o, en definitiva, personas en proyectos diversos de minería de datos (o en el cotidiando desempeño de los actuarios), ¿qué variables con información personal es legítimo utilizar? El uso de variables tales como raza, satisfacción de cuotas a algún sindicato, etc., legal o no, infringiría los códigos deontológicos más básicos. Pero, ¿el sexo?

Pues bien, aparentemente, a la hora de determinar las primas en los seguros de coche, es ilegal discriminar por sexo. ¿Implicaciones? Pues que las mujeres no van a poder beneficiarse de primas más econonómicas a pesar de que su menor tasa de siniestralidad pueda verificarse rigurosamente.

Afortunadamente, en este caso, contamos con una alternativa: el uso de muy oportunas variables sintéticas (y, seguramente, altamente predictivas) que sean un proxy de la prohibida. A mí se me ocurren algunas que no explicito acá por haber agotado ya hace días mi cupo semanal de comentarios sardónicos.