Noticia de las VI Jornadas de Usuarios de R

Regreso de las VI Jornadas de Usuarios de R y, como otros años he hecho (véase esto, esto y esto), al volver a casa, quiero escribir sobre este par de días estupendos que he pasado en Santiago.

Antes de ello quiero agradecer a los miembros de los comités científico y organizador su esfuerzo. Muy especialmente a los miembros locales de este último que —quien lo probó bien lo sabe— hicieron un gran e impagable trabajo. (Aquí me es obligado indicar que mis agradecimientos al comité organizador no se extienden a uno de ellos, el que suscribe, que este año, prácticamente, solo fue miembro de manera nominal).

También hay que agradecer su presencia a todos los ponentes y asistentes: muchos de nosotros recorrimos muchos kilómetros para acudir a nuestra cita anual. De nuevo, a quien suscribe hay que retirarle los agradecimientos porque la satisfacción que obtuvo a cuenta le compensó con creces el esfuerzo que dizque realizó.

Y a nuestros patrocinadores, obviamente, de entre los que destaco a la Asociación de usuarios de software libre da Terra de Melide, el Centro de Novas Tecnoloxías de Galicia que nos brindó el espacio, y la oficina del software libre de las universidades gallegas.

A diferencia de otros años, no voy a repasar el contenido de las jornadas sistemáticamente. Los interesados encontrarán en el libro de resúmenes un abrebocas y pronto dispondrán de los vídeos de las más de las sesiones para que puedan seguir con detalle las que consideren oportuno. Pero sí que quiero subrayar que después de varios años de rodaje pienso que estamos dando con el formato adecuado:

  • Un curso de introducción a R (en esta ocasión, R desde el principio: Curso cero de R, de Emilio López Cano). Este taller pretende atraer a —¡y satisfacer las necesidades de!— aquellos aún no usuarios de R que tengan interés por la herramienta y quieran aprovechar la feliz oportunidad de unas jornadas para dejar de procrastinar. Otros años habrá que explorar la posibilidad de coordinarnos con las universidades locales y ver si se pueden conceder créditos a aquellos estudiantes (¡los estudiantes y sus créditos-cromitos!) que asistan a él.
  • Talleres que nos inviten a explorar técnicas y posibilidades de interés general —gráficos avanzados de distinto tipo, generación de informes, paquetes como caret, shiny— que ofrece R. Esas técnicas y posibilidades a las que, sí, tenemos pendiente echarles un ojo cuando podamos y para las que jamás encontramos el momento oportuno. Pero que son todo un batazo —como dicen los cubanos— para nuestra productividad.
  • Una panorámica de qué cosas y de qué manera están nuestros colegas utilizando R en su quehacer diario en mil y un entornos, muchos de ellos inesperados.

Y en eso han consistido las jornadas. Esencialmente, sí, pero no en su totalidad. De hecho, para mí, lo más valioso de las jornadas sucede fuera de ellas: en los pasillos, en la cafetería, en las cenas —y no sé si en los desayunos, que a esos nunca he llegado—. De las charlas informales con los colegas, del y por qué no pruebas…, del en qué andas, etc. he visto nacer proyectos, productos, paquetes y —esto vale el doble porque lo escribe un tipo como yo— amistades.

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Y termino con una nota de tipo más personal. Estoy pensando muy seriamente cambiar la licencia de mis paquetes por una de tipo beerware. Así que el año que viene, en Salamanca, igual…