Desempleo, incentivos y geometría

En un país hipotético, E, tienen un mecanismo de protección social que garantiza a los desempleados un subsidio consistente en nueve mensualidades de 100 euros (por simplificar). En este país viven cuatro ciudadanos, A, B, C y D:

  • A pierde su trabajo pero es diligente y capaz y encuentra otro al cabo de 5 meses. Recibe 500 euros de subsidio.
  • B pierde su trabajo y tarda 15 meses en encontrar otro. Recibe 900 euros de subsidio.
  • C pierde su trabajo y decide no buscar otro hasta agoter la prestación: con su guitarra y algunas chapuzas que le salen, vive. Recibe 900 euros.
  • D trabaja y tiene envidia de C. Piensa que por 150 euros haría lo mismo que él. Pero no por 100.

Al gobierno de E se le ocurre lo siguiente: pagar un subsidio de 180 euros el primer mes, 160 el segundo y 200  - 20 * n, el enésimo, es decir,

  • pagar 180 euros de subsidio el primer mes
  • reducir mensualmente la cuantía del subsidio en 20 euros

En esta nueva situación:

  • A recibiría 700 euros de subsidio en lugar de los 500
  • B recibiría los mismos 900 euros que con el procedimiento anterior
  • C recibiría menos: tendría que ponerse a trabajar antes.
  • D se tomaría dos meses sabáticos recibiendo 380 euros de subsidio (o puede que no por miedo a no poder reengancharse al tercero).

En resumen, ninguno de los individuos implicados sale perdiendo y alguno de ellos, incluso, sale ganando.

Por otro lado, dependiendo del número de trabajadores de los que, en concreto, C y D son representantes, el coste del desempleo puede ser más alto para la seguridad social pero, por otra parte, puede que se trabajen —y por lo tanto, se reciban cotizaciones— más meses.

Notas finales:

  • Algo parecido, pero más a lo bruto, existe en un país llamado España: su Seguridad Social, en determinados casos, paga la cuantía íntegra del subsidio de desempleo si el beneficiario abre una empresa (o algo así).
  • Esta manera de proceder me parece más razonable que las de algún cavernícola.
  • El autor de esta bitácora piensa que los economistas y los políticos no exploran lo suficiente las posibilidades que ofrece la geometría a la hora de diseñar determinado tipo de políticas y normas.