Predicciones a toro pasado y el perro que no ladró

Es fácil predecir a toro pasado. Casi tan fácil que asestarle una gran lanzada al moro muerto (el refranero es así de incorrecto políticamente, lo siento).

Esas son las ideas que me sugirieron fundamentalmente la lectura del un tanto hagiográfico Superordenadores para ‘predecir’ revoluciones y del artículo al que se refería, Culturomics 2.0: Forecasting large-scale human behavior using news media tone in time and space.

El artículo nos explica cómo utilizando resúmenes de noticias de diversas fuentes era posible haber predicho las revoluciones de Egipto, Túnez y Libia. Y, casi, casi, cómo haber encontrado a Bin Laden.

Pero como en aquel episodio de Sherlock Holmes en el que el perro no ladró, la pieza fundamental no es lo que se cuenta sino lo que se calla: ¿qué otras revoluciones se predijeron erróneamente? ¿Qué de los falsos positivos? ¿No habremos redescubierto una suerte de Nostradamus de silicio?

Merece también la pena echar un vistazo al mapa de civilizaciones que revela el dispositivo:

¿Son Francia y Suráfrica parte de la misma civilización? ¿Y Suiza y Afganistán? ¿Y Canadá está más próximo a Marruecos o Irán que a EE.UU.? ¿Y qué tendrán que ver Noruega y Marruecos?

En fin, que la cosa está aún verde, verde, verde y que, en tanto,… cantos de sirena.